Por: Kenneth McClintock, Secretario de Estado de Puerto Rico
La principal razón por la cual la mayoría de los republicanos le da la espalda al proyecto HR2499 es su temor que la eventual admisión de Puerto Rico como el estado 51 es que añadiría 6 votos demócratas en la Cámara, dos demócratas al Senado y ocho votos consistentemente demócratas al Colegio Electoral.Desde los 14 me identifiqué como demócrata moderado (más conservador en política exterior y militar, moderado en lo económico y más liberal en lo social).
Sin embargo, creo que el error más grande que comete todo el mundo es creerse que Puerto Rico sería un estado sólidamente demócrata.Del lado social, los puertorriqueños son mucho más pro-life que el continental promedio. Somos mucho más "church-going". No tan solo tenemos "family values" sólidos, sino que nuestra definición de "familia" es mucho más sólida y amplia que la del continental. En el continente, "familia" queda definida por sangre y matrimonio. Acá es por sangre, matrimonio y bautizo, creándose el concepto del compadrazgo, donde el compadre y la comadre usualmente es tratada como si fueran primos o hasta hermanos.
Del lado económico, tendemos a ser más liberales, favoreciendo los programas de ayuda social propulsados por los demócratas. Sin embargo, si muchos republicanos tuvieran una tercera parte del ingreso per capita nacional, desde esa posición de pobreza relativa ellos serían los primeros defensores de esos programas. En la medida que, con la Estadidad, la economía mejore y la dependencia económica a esos programas bajara, el apoyo a tales programas disminuiría.Del lado de relaciones exteriores y militares, el puertorriqueño tiende a ser muy apegado a lo militar. Nos referimos a nuestras mejores carreteras como "la militar". Participamos ampliamente en la milicia, no tan solo cuando había servicio militar obligatorio, sino como voluntarios, y nos distinguimos en ese servicio. Las continuas expansiones del Cementerio Nacional de Hato Tejas son el mejor y silencioso símbolo de esa aportación y apego.
No sería el primer error que cometerían analistas políticos con el comportamiento electoral de un territorio en vías de convertirse en estado.En el caso de Alaska y Hawaii, dos de las más grandes figuras senatoriales del siglo XX se equivocaron desastrosamente. El Portavoz de la Mayoría Lyndon B. Johnson se oponía a la admisión del territorio republicano de Hawaii, mientras que el Portavoz de la Minoría Republicana Everett Dirksen se oponía a la admisión del territorio demócrata de Alaska.
Después de sus respectivas admisiones, Alaska consistentemente ha votado republicano y Hawaii ha votado consistentemente demócrata!¿Que le hace pensar a McConnell, Boehner y Beck que ellos se la saben mejor que Everett Dirksen, el gigante del republicanismo del siglo XX, quien se equivocó con Alaska y Hawaii? ¿Con que seguridad contradicen a TODOS los presidentes republicanos por los últimos 36 años que, sin excepciones (Ford, Reagan, Bush y Bush), han endosado la admisión de Puerto Rico?
Puerto Rico sería un "swing state" donde los issues y los candidatos serían los determinantes de cómo votarían los boricuas a nivel nacional. No sería un estado de comportamiento electoral predecible que los candidatos de ambos partidos ignorarían , uno porque darían por sentado su apoyo, y el otro por no perder tiempo en una causa perdida.
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